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¡Siguen los fracasos! | CEO en camiseta
¡Buen lunes! Hoy en CEO en camiseta:
¿Es un fracaso un fracaso?
Regalo un libro :-)
Una app para hablar mejor en público
Y más.
Este es el episodio 50 de "CEO en camiseta", con más de 5000 suscriptores ya, es el newsletter en español de alguien de 50 años que publica en vivo esa estadística con más suscriptores que encontré. ¡Gracias! Y sí, siempre se puede ser el mejor en algo, cuestión de definir ese "algo" con precisión.
Para celebrar, decidí regalar un ejemplar autografiado de "Soy solo" entre todos los suscriptores. ¿Cómo participar? Fácil, no hay que hacer nada; mañana martes (hoy no porque es San Valentín y, además, Dani empieza el curso #Objetivos2022 con una intensidad impresionante) haremos el sorteo entre quienes estén suscriptos y le avisaremos al ganador.
El artículo de hoy es de un tema que a todos nos genera emociones: el fracaso. Fracasar en la prehistoria era no llegar vivo a los 20 años - hoy muchos seguimos viviendo como si fuera así, evitando el fracaso a cualquier precio. Sí, ya escribí del tema. Y escribiré de nuevo.
Que te hagas una semana excelente.
Leo.
PD: Si te reenviaron este mail, puedes suscribirte gratis, seguir leyendo o reenviarlo a alguien más a quien le pueda servir. Si no te gusta, mándaselo a tu peor enemigo borrando esta frase antes, no hagas como Osvaldo que se olvidó de borrarla. Pero no pasó nada, su enemigo pensó que lo trataba de ayudar. Y se hicieron amigos.
S07E04 Una visión diferente sobre el éxito

Era febrero de 2006 y en la enorme sala de reuniones hacía más calor de lo que el CEO de la corporación imaginaba. Él no lo admitiría -ni yo le preguntaría- pero todo hacía suponer que había pensado que en la Argentina era invierno, como en Europa y Estados Unidos.
Solo un año antes, esa corporación multinacional a la que el CEO representaba había comprado la empresa que liderábamos en la región. Hoy imagino que esperaban una subsidiaria más obediente y sumisa pero, con mi equipo, los estábamos desafiando: tenían miles de millones de dólares en el banco y nosotros, proyectos que los necesitaban. Además, manejábamos un negocio rentable 100% online (sí, ¡en 2006!) y, de acuerdo a las tendencias que veníamos estudiando (que luego se convertirían en F.U.E.R.A.), para ser el Amazon de Latinoamérica y dominar el mercado, debíamos abrir tiendas físicas.
Ya la presentación empezó mal, con Ron (el CEO en cuestión) fastidiado, mirando la carpeta de casi 200 páginas que le habíamos entregado con una mezcla de enojo y aburrimiento. Pero, como buen líder, nos dejó hacer nuestra gracia: una hora y media a un ritmo casi frenético con una coreografía milimétrica que preparamos casi todo el verano.
Terminamos, respiramos hondo y sonreímos, muy seguros de nosotros mismos. Ron hizo una pausa, también respiró hondo y… no sonrió. No cambió su cara de fastidio en lo más mínimo. -¿Realmente ustedes piensan que yo voy a autorizarlos a abrir tiendas? -dijo, aunque en inglés sonó más duro y corto.
Fracasamos. ¿O no?
Tal vez, pecando de arrogancia, quizás por soñadores o, simplemente, haciendo gala de nuestra ingenuidad, en lugar de entender el sarcasmo de esa pregunta lo tomamos como un “No me convencieron -todavía”.
El fracaso está en el ojo de quien lo mira.
En mayo de 2008 abrimos la primera tienda de la cadena… Casi a escondidas del CEO. Pero ésa es otra historia.
En la escuela
“Aprobó” o “Todavía no” son las calificaciones que ponen en una escuela de Chicago que describe Carol Dwek en su charla TED. ¡Qué distinto que suena “Reprobado” o “No aprobó” a “Todavía no”! Uno castiga, el otro empuja para adelante. Uno se enfoca en el resultado; otro, en el proceso. ¿Otra vez corto versus largo plazo?
Usamos palabras sin entender sus consecuencias.
“Mi jefe no acepta que fracase”, me dicen una y otra vez. Cada vez que escucho que una empresa busca la “Excelencia” me preocupo. Es común que los jefes digamos que “fracasar no es una opción”, creyéndonos Rambo. O que busquemos esa inalcanzable excelencia que inhibe la innovación. En realidad, el desafío es diferenciar tres cosas: el deseo (“Me encantaría que te fuera bien”), el aliento (“¡Tú puedes hacerlo! Estoy seguro de ello”) y la advertencia (“Si no lo lográs, te despido”). Si lo que suele pasar en tu empresa es esto último, mejor buscate un lugar de trabajo que no tenga garantizada su desaparición.
No aceptar el fracaso es garantía de desaparición.
Muchas veces en la cultura de la organización se hace hincapié en la “Excelencia”, pero cuando se pide al mismo tiempo “Innovación” hacen falta algunas explicaciones. La innovación implica por definición una serie de fracasos. O, como dijo Edison, al inventar la lamparita: “No fracasé. Encontré 10000 formas en que no funcionó”. Sin explicar cómo se puede innovar con excelencia, prevalecerá únicamente la búsqueda de ésta última (porque es, en apariencia, más cómodo). Y eso llevará a una cultura enfocada en minimizar riesgos o, peor aún, en ocultarlos, inaceptable en el siglo XXI.
La empresa que mejor falle será la más exitosa.
Más aún, como explicó Jeff Bezos a los accionistas de Amazon (¡Hola Jeff, hace mucho no charlamos!), cuanto más grande es una empresa, más riesgos debe correr para que el éxito traiga un resultado significativo. Claro, esto implica que el fracaso también podrá serlo. Pero, si todos estuviéramos convencidos de que una empresa tiene que fallar muchas veces y, a mayor tamaño, mayores sus apuestas, ¿por qué las compañías tradicionales, cuanto más grandes son, más aumentan los controles reduciendo esos riesgos?
Porque están llenas de cortoplacistas.
El buen líder elige qué riesgos correr sabiendo que no correr ninguno es inaceptable.
¿Y por casa cómo andamos?
Dado que, además de CEO, hemos ungido al lector de largoplacista que deja cruzar a todos al manejar, es hora de que corra mayores riesgos, incluso en su carrera. Y como parece que los lunes somos más arriesgados que los jueves, ya sabés cuándo presentar ese proyecto o, incluso, analizar un cambio en tu negocio o carrera. También pensaría por qué un ex-CEO elige determinado día para enviar su newsletter semanal, “CEO en camiseta”.
Tanto para la empresa como para la persona, es clave fortalecer una cultura en la que se hable del error como algo no solo natural sino necesario, imprescindible para el éxito. Si los líderes no lo hacen, está claro que nadie más lo hará. Sin importar los cartelitos que cuelguen en la pared.
Fíjate cuan naturalmente hablan los líderes de sus errores y sabrás cuánto tiempo de vida le queda a la organización.
Pero Leo, ¿y si sale mal y me echan o me fundo?
El miedo al fracaso se cura mirando al largo plazo.
O, dicho de otra manera, un fracaso es un “todavía no”.
##Para leer más sobre el tema, recomiendo No existen los fracasos, existe la gente ansiosa. Si realmente estás comprometido/a en transformar todo lo que haces en experiencias valiosas para crecer dentro y fuera de la empresa sumate a Acelera tu Carrera.
1. Cuando el autor no quiere tirar nada
"Editar es cuidar al lector", podría ser una cita de Mark Twain o de Ernest Hemingway (que sí dijo, "Escribe borracho, edita sobrio"), pero no lo sé.
Lo que sí sé es que dejo muchos recortes que pueden ser de valor fuera de cada artículo y, muchas veces, me apena. Comparto algunos ejemplos de lo que quedó de este artículo, cualquier comentario será bienvenido.
Imaginate que vas a vivir 90 años. ¿De qué te vas a sentir más orgulloso?
Repetimos lo que celebramos.
Hay que ser optimista para fallar con alegría.
No hay fracasos si pensás en el largo plazo./No hay fracasos si hay tiempo por delante.
Sí, ya sé, nos vamos volviendo aversos al riesgo con la edad. De hecho un fracaso con aprendizaje no es una pérdida sino una inversión. ¿Cuántos días de tu vida invertiste?
Si todavía no fracasaste, no has corrido los suficientes riesgos.
Fracasar en la prehistoria era no llegar vivo a los 20 años - hoy muchos seguimos viviendo como si fuera así.
2. Líderes que admiramos
Muchos ya respondieron la encuesta "Líderes surtidos" (¿no lo hiciste? De castigo debes hacerlo y compartirla!), con algunos resultados esperables y otros que me han sorprendido gratamente. ¿Te imaginas cuál es este líder que obtiene 17.8% entre los más inspiradores?

3. No creo que necesites mejorar tu Oratoria, pero...

Todavía no la probé pero si hiciste el curso gratis "Secretos de Oratoria" y no fue suficiente, tal vez este sea el camino. Si lo probás, contame. Y si te interesa saber por qué no creo que la necesites, avísame que tengo que escribir del tema.