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¿Y si nos quedamos sin fernet? | CEO en camiseta
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¿Volví a los vivos? Sí, pero no. Hice tres, de los que destaco "Escape de la Mediocridad" y "Protagonistas de nuestro tiempo", con Daniela De Lucía.
Hoy comparto, después de varias semanas, un nuevo artículo. "Escasez de Fernet" es distinto, basado en una noticia de Argentina pero aplicable a cualquier empresa en cualquier país. Espero lo disfrutes tanto como yo escribirlo.
Mañana -martes 9- daré una charla titulada "Lo que el virus nos dejó", organizada por Sancor Salud; es gratuita y requiere inscripción previa.

S05E39 Escasez de Fernet
-¡Automatícese! -gritó el ministro y volvió a su oficina cubierta de boiserie francés. Se sentó en su escritorio de caoba de dos pulgadas y dijo “puerta”, y la puerta se cerró. En un rapto de lucidez se dio cuenta de que el 90% de las veces que entraba y se sentaba, decía esa palabra. Tomó nota.
El equipo, al finalizar la reunión con el ministro, quedó angustiado. Trescientos obreros perderían su trabajo: algunos ponían botellas en la línea de producción, otros las sacaban llenas de fernet. Algunos se dedicaban a imprimir etiquetas y pegarlas en las cajas, que otros acomodaban siempre de la misma manera en los pallets. Había quienes los supervisaban, quienes mantenían todo limpio, quienes los cuidaba, quienes los vigilaban… Estaban también los que no se autopercibían como obreros, pero todos los días revisaban las horas trabajadas y las incluían en una planilla para, una vez por quincena, hacer el mismo cálculo, y ordenar al banco la misma transferencia. Todos entraban a la misma hora cada día y trabajaban para llegar al fin de semana.
El equipo ministerial, todos nacidos en el siglo XX, empatizaba con ellos. “Pero empatizar con alguien no debe llevarnos a darles lo que queramos sino lo que les convenga”, solía decir el ministro. La idea de que, un día, serían ellos mismos los automatizados no dejaba de rondarles. Para Rafaela eso funcionaba como un incentivo: “Nuestro objetivo es no ser automatizables. Podemos lograrlo con los dos extremos: haciendo todo al azar, mal, lo cual sería agotador, o estandarizando, eliminando procesos, tercerizando”, repetía hasta que la dejaron de escuchar.
Todos conocían el procedimiento. Entraron a la “sala de guerra” y revisaron el checklist.
-¿Es repetitivo?
-¿Hay gente que no puede aprender otra cosa?
-¿Tenemos el financiamiento privado para las máquinas? ¿Y para las indemnizaciones?
Mientras Rafaela leía la lista y cada uno del equipo asentía, algo dentro suyo iba creciendo.
-¿Hay vacantes disponibles en la “Escuela Nacional de Reinvención Contínua”?
-¿Quién le avisa al sindicato?
-¿Están los psicólogos y coaches listos para intervenir?
-¿Han segmentado la publicidad en redes sociales para los familiares de los obreros? ¿El metamensaje de “El mundo cambió; si no cambiás, perdés”, está listo en todos los formatos?
Ya habían recorrido esto cientos de veces, simplificando o profundizando, según el caso, cuidando a la gente y a su largo plazo. Manipuladores, destructores del trabajo obrero, creadores de desempleo. Les decían de todo. Pero los números no mentían: no solo la economía estaba cada vez mejor, la pobreza bajaba, la felicidad aumentaba. “No siempre lo que queremos es lo que nos hace bien”, fue el disparador. Y era verdad.
-¿Está listo el comunicado de prensa con el título “300 familias con un nuevo futuro y una empresa reinventada”?
Todos agarraron al mismo tiempo el dispositivo que habían dejado boca abajo sobre la mesa, dibujaron el mismo patrón en la pantalla con la yema del mismo dedo -el índice de la mano derecha-, desplegaron las notificaciones para chequear y respondieron al unísono un “sí, claro”, que empezó fuerte y, enseguida, se hizo casi inaudible.
Fue entonces que Rafaela se dio cuenta. Había llegado el momento de automatizar a los automatizadores.
Inspirado en “Escasez de fernet: por un conflicto gremial alertan que podría faltar de las góndolas”.

1. Un audio...

¡Apuesto a que te intriga el título!
2. Un video...

Un video obligatorio cada vez que te sentís en automático y, sobre todo, ¡cuando no te das cuenta!
3. Una herramienta

"Joven emprendedora de méxico con ojos claros", "Autor de libros de liderazgo e innovación", cualquier descripción es válida.